Obituarios: Santa Claus

Invadidos por una gran tristeza nos vemos en la penosa labor de informar sobre el fallecimiento de Santa Claus, también conocido como San Nicolás, Papá Noel, El viejo rojo (aunque también verde), entre otros. Su lamentable muerte acaeció cuando en medio de las pruebas anuales del trineo, entre la borrachera y el trasnocho, se quedó dormido, llevando a los renos junto al trineo a un trágico desenlace.

Dedicó su vida a no hacer nada mientras sus duendes trabajaban día y noche construyendo juguetes a muy bajos costos, producto de la mano de obra barata, las esclavistas jornadas de trabajo, la deficiente calidad de los materiales, la imposibilidad de sindicalizarse, la falta de seguro médico, el inclemente clima del polo norte, además de algún caso de acoso sexual no difundido por los medios.

Le recordaremos siempre por su voraz apetito el cual le logró alcanzar los 170 Kg, exigiendo de los renos un esfuerzo sobre-animal para las jornadas de trabajo. Así mismo recordaremos su capacidad para desmoralizar a las niñas que soñando grandes hazañas en post del desarrollo y evolución de la humanidad, tenían que ver como cada año les regalaban un muñeco bebé que se hacía en los pañales, esto claro, hasta que pudieran tener los bebes reales propios.

Desde el Polo Norte, y en medio de la consternación que produce la noticia, invitan a toda la colectividad a los cortejos fúnebres, y como acto simbólico les convidan a colocar sobre la tumba del fallecido un dólar por cada regalo recibido durante la “Noche Buena”. Igualmente, para continuar la hermosa tradición de la época decembrina, su epitafio rezará:

“Mantén la alegría de la navidad. Compra tus regalos en Polo Norte C.A.”

por Gocho Zam

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